Tuesday, May 06, 2008

Abundancia en Redundacia


Resumo brevemente cómo comenzó todo al principio. Fue una pasada historia, basada en el hecho real de una experiencia vivida. Les diré toda la verdad. No recuerdo de memoria ni qué hora del día fue, ni qué día de la semana, ni siquiera qué mes del año, pero ocurrió hace cuatro años atrás hacia la hora del mediodía. Nunca antes había sucedido. Escuchaba en la radio de sonido estereofónico una partitura musical y luego seguidamente las novedosas noticias de un nuevo récord olímpico de una joven promesa para el futuro, que no se alcanzaba el quórum mínimo en el parlamento y que el mercado de divisas extranjeras se hundía hacia abajo por no prever de antemano las importaciones desde el exterior.

Decidí apagar completamente el transistor y mirar hacia la línea del horizonte. Con mis propios ojos vi volar por el aire un gorrión, a quien di un saludo de bienvenida al acercarse hacia mí. Advertí, aunque se hallaba a una distancia de varios metros, que la pequeña avecilla tiritaba de frío mientras comía con su pico un mendrugo de pan. Allí estábamos ambos dos como protagonistas principales, intuyendo algún peligro potencial en nuestros planes futuros sin ninguna coordinación entre sí. Bajo una constelación de estrellas, dos seres vivos se miraron por un fugaz instante: un pájaro completamente desnudo con una hemorragia de sangre en un ala y una persona humana completamente segura de vencer una difícil crisis con nueva iniciativa y asiendo con sus manos el libro de la Biblia. Me juré a mí mismo no aceptar falsos pretextos como vacunas preventivas. Me comprometí personalmente con un proceso de aprendizaje durante un periodo de tiempo para crecer como persona individual sobre la base fundamental de que es mejor es salir afuera, aunque nos acosen regimientos de soldados con jaurías de perros, que permanecer encerrado dentro de uno mismo.

Antes de proseguir adelante y leer la conclusión final, recordemos que el antiguo proverbio, “no te fíes de las apariencias visibles”.

5 comments:

Wendy5 said...

No existe mayor obstaculo que el miedo, este sentimiento es capaz de paralizarnos, detenernos.
Por eso como dices es mejor lanzarse aun se tengan que librar miles de batallas.
Saludos Manito Ruben.

aa said...

Hola Rubén,

Si bien es cierto que hay que salir y resolver, pienso que no se puede escapar del efecto del miedo así tan fácil. Es más a veces te decides a luchar contra él y te das cuenta de que puede más que tú, o vuelve a ti quizá de otra manera, en el cuerpo de otra persona. Incluso el día después de la decisión a mejora le llegan a uno las dudas. En fin, que lo creo más complejo que el simple hecho de buscar analogías, tomar decisiones radicales, y asumir poses heróicas. Pero hablo a raíz de experiencias personales, igual a otros se les da mejor que a mi.

Un saludo.

DrLacxos said...

a veces hemos creado una pared invisible que no entendemos, pero nos hace menos humano, o tal vez mas pensadores

Carolin Guzmán said...

Al final lo dijiste todo, es mejor salir afuera, que quedarse encerrado dentro de uno mismo.

Pd: Estoy cansada de llamarte.

Gigi German said...

"No te fies de las apariencias"... Entre tanta redundancia, estas son palabras con luz...

No hay que fiarse, mas sabes que, tambien hay que dejarse llevar de esa vocecita que algunos llaman Dios, otros conciencia, pero que casi nunca falla, y a la que lamentablemente casi nunca prestamos atención... Yo apenas estoy aprendiendo...

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